Nos hemos pasado la mayoría de nuestra vida viendo anuncios de televisión de coches haciendo todo tipo de acrobacias a velocidades de vértigo en situaciones que difícilmente las haría el mismísimo James Bond. Sin embargo, una letra pequeña, a veces casi imperceptible al ojo humano, nos recuerda que la escena en cuestión se llevó a cabo en un circuito cerrado y/o con profesionales. ¿Dónde está el límite en la publicidad de un vehículo? La lujosa Land Rover descubrió que el límite estaba cuando la secuencia podía generar confusión y peligro para los espectadores/conductores.

La historia tuvo lugar a mediados de 2022. La compañía británica quería mostrar las “bondades” de su flota de modelos Defender, esos todoterrenos que muchos solo podemos ver desde la acera, y se le ocurrió la idea de hacer un anuncio como nunca antes se había hecho en el sector. 

Foto: Dominio Público.

Dicho y hecho. El anuncio comienza de manera sencilla, con varios Land Rover Defender descendiendo de un barco, conduciendo por la ciudad y recorriendo el desierto. Hasta aquí, todo más o menos normal. Sin embargo, era el final del anuncio lo que iba a provocar el asombro (o la ira, como veremos más adelante) de los espectadores. 

En esas tomas finales solo faltaba Tom Cruise. En la secuencia, se mostraba a dos Defender estacionados contra el borde de un acantilado, con un tercero dando marcha atrás para colocarse en su lugar. Mientras, el conductor retrocedía hasta el límite, ese borde que separa la vida de la muerte. Es en este punto del vídeo donde aparecen los sensores de estacionamiento de los 4X4 de la compañía, capaces de emitir un pitido para indicarle al conductor que se detenga.

Y sí, por supuesto, el Defender se detiene, estacionado cerca del descenso en una imagen final espectacular que pone los pelos de punta.

Veamos el anuncio completo: 

La publicidad apareció en la televisión del Reino Unido y no tardaron en llegar las primeras quejas ante la Autoridad de Normas de Publicidad (ASA) del país. En ellas, se denunciaba “el contenido peligroso y engañoso del anuncio”. La principal preocupación era, obviamente, referente a los sensores. Las quejas venían a decir que los sensores de aparcamiento de los vehículos modernos no pueden detectar espacios vacíos o el borde de un acantilado, como así se muestra en el vídeo. 

Lo cierto es que los transductores ultrasónicos (los dispositivos que generan o detectan energía de ultrasonidos) sólo pueden detectar objetos duros detrás del vehículo. En la mayoría de vehículos modernos, los sensores de estacionamiento ultrasónicos funcionan emitiendo una onda sonora de alta frecuencia (una frecuencia tan alta que es inaudible para el oído humano), que golpea un objeto y luego se refleja de regreso al automóvil.

La cantidad de tiempo que tarda la onda sonora en regresar al automóvil se utiliza para calcular la distancia entre el sensor de estacionamiento y el objeto. Dado que la velocidad del sonido varía en función de la temperatura y la humedad, el coche lleva incorporado un sensor de temperatura que varía el cálculo de la velocidad del sonido para garantizar la precisión a la hora de aparcar.

Desde un punto de vista más “científico” la fórmula vendría a ser distancia = 0,5 *tiempo* velocidad del sonido. Dado que la velocidad del sonido varía en función de la temperatura y la humedad, el coche lleva incorporado un sensor de temperatura que varía el cálculo de la velocidad del sonido para garantizar la precisión a la hora de aparcar.

Por supuesto, no todo es perfecto. Las ondas sonoras son absorbidas por cosas como la ropa o la piel humana. Las ondas sonoras también pueden desviarse en otras direcciones mediante elementos como postes metálicos que tienen una cara circular y, muy importante para el caso que nos ocupa, tienen un alcance efectivo, lo que las hace ineficaces para la detección a ciertas distancias.

En resumen: si un conductor confiara en los sensores de estacionamiento al retroceder hacia un acantilado con la perspectiva que vemos en el anuncio, posiblemente (no creo que se pueda verificar al 100%) diera marcha atrás sobre el borde sin que los sensores de estacionamiento hicieran acto de presencia, o quizás se accionarían muy tarde. El fallo podría ser letal en según qué casos.

Jaguar Land Rover posiblemente se dio cuenta de la preocupación en torno a la función del sensor de estacionamiento de la publicidad, pero respondió que las tomas en el anuncio “mostraban claramente que estaba dando marcha atrás hacia una roca“, lo que podría haber activado los sensores. 

Ocurre que las capturas de pantalla que se publicaron entonces parecían darle la razón a las quejas. Juzguen ustedes mismos:

Imagen: Land Rover
Imagen: Land Rover

Sea como fuere, la ASA tomó una media histórica para el sector. La autoridad respondió que “no era obvio” que los sensores estuvieran respondiendo a las rocas en la toma, las cuales se consideraban incidentales en la escena. Además, si bien algunas rocas son visibles en la toma de la pantalla de marcha atrás del Defender, la ASA indicaba que era poco probable que los sensores de estacionamiento se activaran en pedazos tan pequeños ubicados tan cerca del suelo. Por todo ello, su resolución decía lo siguiente:

Consideramos que algunos espectadores interpretarían esto en el sentido de que los sensores de estacionamiento del automóvil podrían reconocer cuando los conductores podrían estar dando marcha atrás cerca de una pendiente, que podría incluir el borde de una colina más pequeña o una pendiente antes de que se encontrara agua en zonas de carretera, tanto en entornos urbanos como más rurales. Como entendíamos que los sensores de estacionamiento del automóvil reaccionaban a los objetos detrás del vehículo, en lugar de a un espacio vacío como una caída, y las rocas no eran lo suficientemente prominentes para contrarrestar esa interpretación, concluimos que los anuncios representaban de manera engañosa la función del sensor de estacionamiento.

La resolución fue la prohibición total del anuncio en el Reino Unido por la “peligrosa falta de realismo”, un hecho inusual, más si cabe, atendiendo al historial ordinario de los reguladores de publicidad, quienes casi siempre menosprecian cualquier atisbo de tergiversación. Sin embargo, en este caso en particular, se antepuso un factor mucho más importante: la seguridad. 

La prohibición venía a decir que un conductor cualquiera que mirara casualmente el anuncio y tratara de usar los sensores de estacionamiento en un acantilado, correría el riesgo de sufrir lesiones graves o incluso la muerte en el peor de los casos. Tras la sentencia acatada por Land Rover, la compañía expresó estar “muy decepcionada” con la decisión y reiteró su afirmación de que “el vehículo, la tecnología y la escena presentada son reales“.

Una respuesta a «El día que un anuncio de Land Rover se prohibió “por la seguridad de los espectadores”: los Defender que aparcaban en el borde de un acantilado»

  1. […] es rematadamente cierta cuando nos referimos al mundo de la publicidad. En cuestión de marketing y acciones publicitarias, incluso diría que el sector ha avanzado. En Hollywood, por ejemplo, hay historias para no dormir […]

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