Son apenas dos minutos de secuencia, e incluso en un primer momento, es posible que no sepas muy bien qué demonios estás viendo. Sin embargo, detrás de esta joya de la publicidad, posiblemente unos de los comerciales más geniales e ingeniosos de la historia, había un dato que lo cambiaba todo: la máquina de Rube Goldberg se estaba haciendo con elementos muy particulares.

Es posible que el sector de los automóviles nos haya dado algunas de las mejores campañas de publicidad de todos los tiempos. Desde aquel (hoy muy lejano) innovador impulso de Volkswagen de “Think Small” en la década de 1960, hasta el anuncio de Volvo de 2013 del que hablamos hace un tiempo, ese que muestra a Jean-Claude Van Damme dividiendo dos camiones en movimiento para demostrar las capacidades de su nuevo sistema de dirección dinámica de la compañía.

A este último (opinión personal) le daría el título del comercial más épico, pero lo conseguido por Honda en el año 2003 fueron palabras mayores. Quizás estemos ante el anuncio de automóviles más impresionante de todos los tiempos, y todo para encauzar las ventas del Honda Accord

Los autores fueron la agencia de publicidad Wieden and Kennedy, y el título de la obra maestra:”Cog“. Veamos primero el histórico vídeo:

Como vemos, se trata de un anuncio de exactamente 121 segundos que nos muestra una intrincada máquina de Rube Goldberg. No es una cualquiera, por supuesto. Y es aquí donde reside la magia y originalidad de la muestra visual, ya que está compuesta por varias piezas del modelo Accord, comenzando con un cojinete de transmisión que rueda a lo largo de una tabla de madera, poniendo en marcha una cadena de eventos que utiliza un convertidor catalítico, válvulas, un capó y un radiador, ventilador, varias ruedas y neumáticos, asientos, limpiaparabrisas, un bloque de motor, un silenciador, bielas, resortes helicoidales, una batería, altavoces y docenas de otras piezas. 

El anuncio termina con un conjunto de amortiguadores que presionan un botón en un llavero que cierra el maletero trasero de un Accord en un remolque cuidadosamente equilibrado. El cambio de peso hace que el coche se salga del remolque, revelando un cartel que dice “Accord”, mientras el escritor Garrison Keillor nos pregunta: “¿No es agradable cuando las cosas simplemente funcionan?“. Suenan los primeros acordes de Rapper´s Delight de Sugarhill Gang.

Simplemente alucinante. Ahora bien, ¿cómo demonios lo hicieron? ¿Es real la máquina de Goldberg que vemos?

Deconstruyendo un coche

Lo cierto es que detrás del anuncio hay una historia casi tan impresionante como el anuncio mismo. Un dato: se necesitaron una cantidad indecente de tomas para poder filmarlo.

Al parecer, los creadores desmontaron uno de los únicos seis Accords hechos a mano que existen para reunir las piezas necesarias para hacer el vídeo. Otro de los seis es el que se muestra saliendo del tráiler al final del anuncio. Otro dato revelador: el comercial se creó sin un solo CGI. De hecho, y según contaban hace unos años en Snopes:

Cuando se mostró el anuncio a los ejecutivos de Honda, les gustó y comentaron lo asombrosos que se habían vuelto los gráficos por ordenador. Se cayeron de la silla cuando descubrieron que era real.

El equipo, compuesto por ingenieros, técnicos de efectos especiales, diseñadores de automóviles e incluso un escultor, pasó un mes trabajando con piezas de Honda Accord desmontadas antes de que se finalizara el diseño del decorado del anuncio. Así lo explicaba a The Guardian el director de la pieza, Antoine Bardou-Jacquet:

Honda entregó el coche para la prueba y cuando llegó todo el mundo se subió con herramientas y empezamos a quitarlo todo. Fue muy divertido destruir un hermoso auto. Una vez que tuvimos todas las piezas del coche por todos lados, empezamos a jugar. Un poco como los monos en un zoológico

La agencia Wieden llevó a cabo un laborioso trabajo, un complejo proceso que se hizo en cinco meses para filmar un anuncio que requirió más de 60 tomas a lo largo de varios días.

El presupuesto del anuncio se elevó muchísimo, hasta el 1 millón de libras. Principalmente porque se trasladó al equipo a un estudio más grande para que Bardou-Jacquet pudiera juntar todos los diferentes elementos de la reacción en cadena. Encontrar uno lo suficientemente largo para que cupiera toda la reacción resultó prohibitivamente costoso.

El ”truco” de todo el anuncio no es otro que una combinación de dos secuencias de 60 segundos, combinación que solo requirió de una edición menor para unirlas. Se necesitaron tres días de filmación para obtener estas dos tomas. Las sesiones de filmación duraron siete horas y el trabajo fue extremadamente exigente (algunas piezas debían colocarse con una precisión de 1,6 mm). 

Curiosamente, pequeñas variaciones en la temperatura ambiente, la humedad y el polvo que se depositaba continuamente alteraron el movimiento de las piezas lo suficiente como para finalizar alguna secuencia antes del tiempo estipulado. “Todo fue muy sensible y afinado. Si tienes un cambio de temperatura; Si hay un poco de viento, cualquier cosa podría afectar todo lo que hay en tierra”, contaba Bardou-Jacquet. “Pero eso lo hizo divertido”.

A veces era la reacción la que fallaba, por ejemplo, la lata de aceite goteando fue un momento particularmente frustrante para el equipo. Otras era la cámara, que tenía que realizar una compleja danza arriba y abajo a lo largo de una pista para seguir el ritmo de las partes en movimiento. En cualquier caso, era necesario restablecer toda la reacción cada vez que ocurría un extraño.

La versión completa hizo su debut en la televisión británica en 2003 y se emitió sólo diez veces durante diez días. Las versiones de 30 y 60 segundos se emitieron durante otras seis semanas, y posteriormente se distribuyó un DVD del “making of” con publicidad adicional del Accord entre más de un millón de periódicos durante la primera semana del anuncio en el aire.

El anuncio ganó el máximo honor del año en los premios British Television Advertising Awards y desde entonces ha acumulado millonarias visitas en YouTube y redes sociales.

3 respuestas a «20 años de la gran obra maestra de la publicidad: cómo lograron que una máquina de Goldberg deconstruyera un Honda»

  1. Esas ruedas no respetan a la señora gravedad… están en un plano inclinado y reaccionan como si no lo estuviera…

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