La semana pasada, un estudio reveló una noticia ciertamente alarmante: se habían encontrado microplásticos en las 62 placentas humanas analizadas. Un segundo estudio halló microplásticos en 17 arterias humanas, y sugirió que las partículas pueden estar relacionadas con la obstrucción de los vasos sanguíneos. Ahora, un tercer trabajo abre una puerta para combatir, al menos, el 90% de estos microplásticos dañinos: hervir agua del grifo antes de beberla.

Primero vayamos con los antecedentes. Hace unos días se publicaba un trabajo científico donde se analizaron 62 muestras de tejido placentario. Encontraron plástico en todas las placentas humanas, siendo el más detectado el polietileno, que se utiliza para fabricar bolsas y botellas de plástico, con concentraciones que oscilaban entre 6,5 y 790 microgramos por gramo de tejido. El PVC y el nailon fueron los plásticos más comunes detectados, después del polietileno.

Los microplásticos se analizaron utilizando productos químicos y una centrífuga para separarlos del tejido, luego calentándolos y analizando la firma química característica de cada plástico. La misma técnica la utilizaron los científicos de la Universidad Médica en Beijing, China, para detectar microplásticos en muestras de arterias humanas.

Este segundo estudio mostró microplásticos en las 17 arterias humanas analizadas. Dos trabajos que se vienen a sumar a otros donde se descubrieron microplásticos en la sangre y la leche materna humanas, lo que indica una contaminación generalizada del cuerpo de las personas.

En todos estos casos, debemos entender el concepto de microplástico como aquellos trozos diminutos de desechos plásticos que miden menos de 5 milímetros de largo, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Estos restos descompuestos de desechos industriales y bienes de consumo son, aparentemente, imposibles de evitar: se encuentran en el océano y la atmósfera, dentro del agua embotellada e incluso en las heces humanas.

Según la OMS, los estudios sobre el impacto de los microplásticos en la salud humana aún son escasos y no concluyentes. Hasta ahora, se cree que algunos plásticos son inofensivos, mientras que se ha demostrado que otros, como el poliestireno, matan las células humanas, causan inflamación intestinal y reducen la fertilidad en ratones.

Ahora, en un nuevo estudio llevado a cabo en Estados Unidos y publicado el 28 de febrero en la revista Environmental Science and Technology Letters, los investigadores buscaron métodos caseros prácticos para eliminar los pequeños plásticos del agua potable. Una cuestión que les preocupaba especialmente era si hervir el agua podría eliminar la contaminación por microplásticos. Según escribieron en su trabajo:

Beber agua hervida, una antigua tradición en algunos países asiáticos, es beneficioso para la salud humana, ya que hervir puede eliminar algunas sustancias químicas y la mayoría de las sustancias biológicas. Sin embargo, aún no está claro si hervir es eficaz para eliminar los NMP [nano/microplásticos] del agua del grifo.

Para llegar a su conclusión final, el equipo creó muestras de agua del grifo que contenían muchos de los minerales comunes junto con tres compuestos microplásticos comunes: poliestireno, polietileno y polipropileno. Los investigadores también variaron la “dureza” de las muestras de agua ajustando las concentraciones de carbonato de calcio. 

¿Qué ocurrió? Al parecer, después de hervir las muestras durante 5 minutos y dejarlas enfriar, notaron una drástica disminución en la cantidad de microplásticos. En agua más dura, hubo una reducción de el 90% en los microplásticos, porque el carbonato de calcio en el agua se volvió sólido a temperaturas más altas, atrapando las partículas de plástico en su interior.

Por todo ello, los científicos dicen que usar este método junto con un simple filtro de café para eliminar el calcio solidificado podría ser una manera fácil de eliminar las partículas potencialmente dañinas para la salud.