¿En qué año estamos? La respuesta es fácil, ¿no? En 2024. Lo mismo pasa con el siglo, que es el XXI. Pero… ¿y si te pregunto en qué era, período y época estamos? La respuesta a esa pregunta no tan sencilla es que vivimos en el Cenozoico, en el período Cuaternario, y en una época conocida como Holoceno. El pasado martes estuvimos a punto de celebrar época nueva y dar la bienvenida al Antropoceno, pero los científicos del mundo han votado en contra. Aguafiestas…
La cosa va, por supuesto, de períodos geológicos, y los períodos geológicos no es algo que deba tomarse a la ligera o con prisas. Los geólogos del mundo llevan décadas tratando de decidir si los seres humanos hemos alterado el planeta lo bastante como para considerar la llegada de una nueva época en términos geológicos: el Antropoceno.
No hay que preocuparse. Nuestro legado como especie está, literalmente, escrito en piedra. Los estratos geológicos de nuestro planeta guardan debido registro de cómo hemos llenado la atmósfera de dióxido de carbono, de nuestras más de 2.000 pruebas nucleares, y de cómo hemos enmarranado hasta el último rincón del planeta con microplásticos, residuos radioactivos y toda clase de químicos. El Antropoceno existe, pero hay un problema. Los geólogos no se ponen de acuerdo en su fecha de inicio.
El Holoceno comenzó hace 11.700 años (con un margen de error de 100 años) con el fin de la última glaciación. En su última reunión, la Unión Internacional de Ciencias Geológicas ha descartado considerar la fecha de la primera bomba atómica como el comienzo del Antropoceno. Se diría que los geólogos se están poniendo un poco estupendos cuando en el holoceno hay un margen de error de 100 años, pero ya que podemos ser precisos, ¿por qué no serlo?
Hay investigadores que rechazan la fecha de la primera prueba nuclear porque supone desestimar la influencia de la revolución industrial o incluso los cambios que pudo conllevar la revolución agraria que hizo asentarse al Homo Sapiens.
No, aún es pronto como para considerar el Antropoceno como una época. De momento el ser humano que conformarse con ser un evento. En términos geológicos, los eventos son fenómenos que no tienen por qué tener una duración concreta. Las extinciones masivas, los cambios en la atmósfera o el meteorito de Chicxulub son otros ejemplos de eventos.