Había algo raro en el balanceo de Mimas respecto a su eje polar. La pequeña luna de Saturno se mueve de una forma irregular que solo podía indicar dos cosas: un núcleo denso de forma irregular, o un océano. Al final ha resultado ser lo segundo, y lo más fascinante es que parece que esa masa de agua es reciente (en términos geológicos).

Mimas es conocida por su parecido a la Estrella de la Muerte. Un espectacular cráter circular de 139 kilómetros (la luna entera mide algo más de 420 km) le da un aspecto que recuerda a la infame estación espacial de la saga. El cráter se llama Herschel, y el impacto que lo produjo fue tan violento que produjo grietas en el lado opuesto de Mimas. Se cree que si hubiera sido un poco más fuerte hubiera partido la luna en dos.

Sabíamos que Mimas tenía agua helada bajo la superficie de polvo y rocas. Lo que el astrónomo francés Valéry Lainey y sus colegas del observatorio de París han descubierto es que bajo la capa de hielo de unos 25 o 30 km hay un gigantesco océano de agua líquida. El nuevo dato mete automáticamente a Mimas en el mismo club que otras dos lunas de Saturno (Encelado y Titán) y las lunas de Júpiter Europa y Ganimedes.

Los investigadores calculan además que este nuevo océano subterráneo tiene tan solo 25 millones de años y que aún está evolucionando. Parece bastante, pero es apenas una fracción de los cerca de 4.400 millones de años que tienen los océanos terrestres.

El descubrimiento ha sido posible gracias a los datos sobre la rotación y órbita de Mimas recogidos por la sonda Cassini y es importante porque, como los propios autores del estudio reconocen, Mimas era uno de los lugares menos probables para hallar un océano nuevo en el Sistema Solar. ¿Cómo llegó a formarse esta masa de agua? ¿Podría albergar algún tipo de vida? Estas son las siguientes preguntas a hacerse.