Nueve años antes de que se estrenará el film de ciencia ficción que para muchos cambió Hollywood para siempre, Star Wars, se estrenó otra película que posiblemente iguala e incluso supera en muchos aspectos la importancia de la obra de George Lucas.

En 1968 se estrenaba El Planeta de los simios, y el cine nunca volvería a ser igual.

La película, dirigida por Franklin J. Schaffner y protagonizada por Charlton Heston, fue una adaptación de la novela de Pierre Boulle de 1963, un esfuerzo titánico donde un grupo de escritores, directores y actores veteranos se unieron para crear algo que hasta entonces parecía impensable en la industria. Una cinta que finalmente fue la primera de muchas películas de la saga.

Foto: 20th Century-Fox

En el film, Charlton Heston interpretó al astronauta estadounidense George Taylor, quien viaja a un planeta lejano habitado por simios parlantes hiperinteligentes donde los humanos no hablan y, cuyo final que no vamos a desvelar para aquellos afortunados que aún no la han visto, dejó una de las escenas más míticas e icónicas de la historia de Hollywood.

La importancia de la película radica principalmente en el trabajo que se dedicó a los efectos especiales y el maquillaje. Nunca se había llegado tan lejos para transformar a los actores en sus personajes (en este caso primates). De hecho, de no ser por el extraordinario esfuerzo detrás de las cámaras, la obra podía haber caído en una de serie B, pero el guion de Michael Wilson y Rod Serling, las actuaciones de Roddy McDowall, Heston y Kim Hunter y, sobre todo, el impresionante trabajo de maquillaje, la han inmortalizado como una obra de culto de la ciencia ficción.

Foto: 20th Century-Fox

Y tras el maquillaje, un nombre por encima de cualquier otro: John Chambers, el tipo que hizo posible esos simios humanistas que parecían reales. Su trabajo con el uso y mezcla de las hoy extendidas prótesis (no así en aquellos tiempos) junto a maquillaje ordinario hicieron posible que las expresiones de los actores no se perdieran bajo todas la capas, lo que ayudó al público a creer aún más en la legitimidad del mundo que se mostraba en la pantalla.

Cuentan los historiadores que Chambers, quien anteriormente había diseñado prótesis de partes del cuerpo y extremidades para veteranos heridos de la Segunda Guerra Mundial antes de trasladarse a Hollywood, era el tipo perfecto para abordar un trabajo como el de El planeta de los simios

Fue el hombre orquesta de todo, ya que diseñó, esculpió, probó y fabricó las prótesis para más de 200 personajes de simios en un presupuesto de (supuestamente) menos de un millón de dólares. Como contaba hace unos años Tom Burman, quien comenzó su carrera de maquillaje ayudando en la película:

Planet of the Apes fue el punto de inflexión para el maquillaje. Los estudios no se dieron cuenta de que se podía hacer una película con personajes maravillosos y maquillar a grandes actores como este. Cambió la forma de contar las historias.

Foto: 20th Century-Fox

Andy Serkis, el actor que seguramente mejor habría encarnado los personajes originales (y que interpreta a César en la nueva trilogía), decía sobre la obra de 1968 lo siguiente:

Recuerdo haber quedado tan impresionado con la película original. Antes de empezar a trabajar en El planeta de los simios, miré algunas imágenes documentales de los actores del original, Kim Hunter y Roddy McDowall, hablando sobre cómo era trabajar con maquillaje protésico. Los recuerdo hablando específicamente de que tenían que mantener la cara en movimiento para que la cantidad de goma y látex pareciera viva en sus caras. Tuvieron que poner mucha energía en ello.

Chambers durante el rodaje.
Foto: 20th Century-Fox

Del trabajo de la obra original de 1968 daba cuenta un maravilloso documental estrenado en 2019, Making Apes: The Artists Who Changed Film, dirigido por William Conlin. La producción contaba la historia de los maquilladores que dieron vida al Planeta de los Simios, y para ello retrocedía en el tiempo repasando la historia de los efectos de maquillaje en Hollywood, cuya primera revolución se inició con el nombre de Jack Pierce, la persona detrás de Frankenstein (1931) y El hombre lobo (1941). 

Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, la producción de películas cambió y los elaborados efectos de maquillaje se hicieron más prominentes en las películas de serie B. El docu cuenta que la calidad de los efectos de maquillaje aumentó a medida que disminuyó la calidad de las películas en las que aparecían. De ahí que El planeta de los simios fuera tan interesante.

John Chambers y Thomas Burman encontraron una manera de vestir a los actores para que parecieran creíbles y auténticos, y aun así, pudieran transmitir emociones a través de su maquillaje. De alguna forma, el film abrió las puertas de par en par al cine de ciencia ficción y fantasía.

Foto: 20th Century-Fox

Variety contaba hace unos años que las pruebas de maquillaje del film comenzaron en 1965. Entonces se encontraron con un problema: no había suficientes artistas capacitados para el trabajo. El productor Arthur P. Jacobs sabía que la única manera de que la obra saliera adelante era enseñar a un grupo de personas para que se convirtieran en maquilladores hasta que dominaran la técnica. “Teníamos 10 remolques que se convirtieron en aulas para el maquillaje… Nos llevó de tres a cuatro horas ponérselo todos los días y aproximadamente una hora y media quitártelo”, contó Jacobs.

Al final del rodaje, la película había dado paso a más de 25 maquilladores, algo impensable hasta entonces. Por el contrario, tanta gente trabajando las 24 horas del día consumió una cantidad significativa del presupuesto asignado de 5,8 millones de dólares. “El maquillaje fue nuestro mayor gasto en la película, costó alrededor de 1,5 millones de dólares, o casi un tercio del presupuesto, y aplicarlo y quitarlo consumió casi el 60% de nuestro tiempo total de rodaje”, explicó Jacobs.

Foto: 20th Century-Fox

Obviamente y con el paso del tiempo, el esfuerzo valió la pena. Personajes como Cornelius, Zira y el Dr. Zaius siguen siendo un ejemplo brillante de cómo los efectos prácticos pueden mejorar una actuación. El planeta de los simios dio paso a toda una nueva generación de maquilladores, cuyo trabajo se podía ver en toda la industria.

De hecho, tras 1968, era prácticamente imposible encontrar un film de gran presupuesto donde no se contara con parte del equipo. En cuanto Chambers, una leyenda del séptimo arte, trabajó en obras como Star Trek, Tiburón, Blade Runner o Halloween II.

En definitiva, un trabajo artesanal que, como casi todo, se está perdiendo por el uso de los efectos digitales y las capturas de movimiento, aunque sin la figura de Chambers y otros artistas como él, jamás hubiera sido posible.

Una respuesta a «55 años de El planeta de los simios: el maquillaje que cambió la industria del cine para siempre»

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