En el mundo del reino animal, solo unos pocos son capaces de comprender la permanencia de los objetos: la idea de que algo todavía existe incluso cuando está fuera de la vista. Los primates son, por motivos obvios, los que sacan los mejores resultados. Por eso, el hallazgo de una nueva investigación llevada a cabo por la Universidad Nacional de Singapur ha resultado sorprendente: una prueba cognitiva confirma al cálao cariblanco (Anthracoceros albirostris) como unas de las aves más inteligentes.

El estudio viene a confirmar algo que ya se sugería desde hace tiempo debido a una habilidad innata de la especie. Para poner y cuidar sus huevos de forma segura, las hembras se esconden en su refugio utilizando para ello trozos de barro, excremento, saliva, fruta o corteza. De hecho, solo dejan una pequeña rendija para las entregas de comida de los machos. En este punto, que el macho sea capaz de “adivinar” donde está la hembra es clave para que la cría sobreviva.

Con estos datos, el nuevo estudio quiso poner a prueba la capacidad cognitiva de seis de estas aves. Para ello, les enseñaron a indicar dónde está una golosina visible con un picoteo. Luego, las llevaron a una serie de desafíos donde probaron niveles cada vez más difíciles de permanencia de objetos.

Imagen: Dominio Público

En esencia, algo parecido al “trile” que vemos en las calles. Al llegar a la etapa cinco, los pájaros observaron cómo se colocaba una recompensa debajo de una taza y luego se movía a otra taza. Al indicar el vaso en el que terminó la golosina, los pájaros demostraron comprender el desplazamiento visible. De hecho, fue muy sorprendente porque las seis aves analizadas por los investigadores pudieron alcanzar ese nivel de permanencia del objeto y recibieron el premio como una recompensa bien merecida.

Por el contrario, a la etapa seis, la denominada como “desplazamiento invisible”, solo alcanzaron tres. En esta etapa, los pájaros no pudieron ver cómo la golosina pasaba de una taza a otra. Aquí, la golosina se escondió debajo de una pequeña caja roja y luego se movió debajo de una taza más grande. Cuando se sacó la caja roja de debajo del vaso y se demostró que estaba vacía, algunos pájaros se dieron cuenta de que la golosina debía haber quedado debajo del último vaso, aunque no vieron directamente lo que sucedía. Veamos la secuencia:

Según explican los psicólogos de la universidad y coautores del estudio, Ruitong Yao y Elias García-Pelegrin:

Desde una perspectiva evolutiva, la capacidad de representar otros animales y objetos cuando están fuera de la vista proporciona grandes ventajas adaptativas en actividades como buscar comida y evitar la depredación. Comprender el desplazamiento invisible es más complejo e implica la integración de diversas habilidades cognitivas, incluida la memoria, el razonamiento espacial y la inferencia lógica.

Por cierto, curiosamente, las tres aves que no pasaron de la quinta etapa de permanencia del objeto no tenían experiencia reproductiva. Por supuesto, puede ser simplemente una coincidencia, ya que sólo se probaron seis aves, pero también podría indicar que se pueden aprender niveles más avanzados de permanencia del objeto a partir de la experiencia de alimentar o recibir comida de una pareja. En cualquier caso, se confirma que el cálao cariblanco es una de las aves más inteligentes del reino animal.

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