El año 2024 en materia espacial apunta a un nombre por encima del resto. El ansiado “regreso a la Luna” podría estar más cerca que nunca y, si todo sale más o menos como se espera, podría ser un año muy destacado, superando con creces a cualquier otro, al menos desde el final de las misiones Apolo. La NASA, parte importante y muy activa de las misiones en marcha, ha advertido sobre el lado más perverso de este “regreso”: la explotación de los recursos de la Luna puede acabar destruyendo el entorno.

Vayamos antes con la parte más atractiva de la historia espacial actual. Este 2024 se observa de manera diferente por dos factores principales: la caída en el coste de los lanzamientos espaciales en la última década y el descubrimiento de evidencia de hielo cerca de los polos lunares. Pensemos que el coste de traer agua se consideraba uno de los principales impedimentos para la exploración lunar. Si se puede extraer del suelo y derretirlo, las perspectivas son completamente diferentes.

Misiones a la Luna

Esto nos lleva a la, probablemente, misión más esperada por muchos de nosotros: Artemis II llevará a cuatro astronautas alrededor de la Luna y de regreso en el mes de noviembre. Dicho de otra forma, será la primera vez que los humanos vayan más allá de la órbita terrestre baja desde 1972.

Representación artística de la nave espacial Orión en órbita lunar.
Foto: Dominio Público.

Por supuesto, y después de esperar 52 años, existe la posibilidad (bastante alta, para qué negarlo) de que tengamos que esperar algo más, quizás hasta 2025, pero por ahora nos mantenemos con la idea de que será este 2024.

Sea como fuere, cuando la misión se realice será otro logro histórico para la humanidad, ya que la tripulación pasará de 10 a 21 días en el espacio, en lugar de los ocho días de Apolo 10 y 11, y desarrollará capacidades adecuadas para una presencia a largo plazo en la Luna, no sólo para una estancia rápida.

Tripulación de Artemis II.
Foto: Dominio Público.

Junto a Artemis II, existen otro pequeño grupo de misiones a la Luna. La primera ha ocurrido hace escasas horas, tras el despegue con éxito del cohete Vulcan de la misión lunar Peregrine de la NASA. La misión llevará una carga útil de 90 kilogramos y es el primer proyecto lanzado por el vehículo Vulcan Centaur desarrollado por United Launch Alliance. En su interior: rovers estadounidenses y mexicanos junto con otros ocho instrumentos y 13 cápsulas del tiempo.

Peregrine antes del lanzamiento.
Foto: Dominio Público.

Además, las misiones posteriores programadas para lanzarse este año incluyen tres a la región del Polo Sur lunar, considerada la ubicación probable para futuras bases, una a un vecino del sitio del Mar de la Tranquilidad y una al remolino Reiner Gamma.

Imagen: NASA

El objetivo de esta armada, financiada en gran medida a través de la iniciativa de Servicios de Carga Lunar Comercial (CLPS) de la NASA, valorada en 2.600 millones de dólares, es estudiar la Luna para poder extraer minerales, agua y otros recursos para construir allí bases permanentes y habitables. Todas ellas servirían de trampolín para las misiones tripuladas a Marte.

Imagen: NASA

Fuera del “circuito” estadounidense, China seguirá siendo un actor fundamental. Chang’e 6, cuyo lanzamiento se espera para mayo de 2024, pretende mantener esa tendencia. Como misión de retorno de muestras desde la región del Polo Sur, Chang’e 6 podría darle a China algo que a otras naciones les faltan años para lograr: una oportunidad de estudiar rocas de la región más importante de la Luna.

Foto: Chang’e 6

En este sentido, es muy posible que la mejor perspectiva de éxito la tenga la misión japonesa Smart Lander for Investigating Moon (SLIM). El módulo de aterrizaje, el hopper y el rover han experimentado muchos retrasos, pero ahora se encuentran en órbita alrededor de la Luna y han completado la mayor parte de su viaje.

Slim sobre la Luna. Dominio Público

Aquí se intentará aterrizar cerca del cráter Shioli el 19 de enero. Pero hay mucho más, ya que SLIM pretende alcanzar un objetivo de 100 metros, en lugar de permitirse muchos kilómetros como la mayoría de los módulos de aterrizaje, por lo que el éxito sólo puede ser parcial.

Misiones en 2024 a las que se pueden sumar otras por sorpresa, como ocurrió con la misión rusa Luna 25 que salió del modo sigiloso con la esperanza de adelantar a la India en el polo sur lunar, y que nos dan una idea del tremendo “tráfico” espacial que puede llegar a tener la Luna durante los próximos 12 meses.

Advertencia de la NASA

Foto: Dominio Público.

Todo esto ha llevado a la NASA a mandar un mensaje sobre el futuro cercano que le espera al único satélite natural de nuestro planeta: este conglomerado de ciencia (y negocio) en ciernes puede representar un serio problema en la futura (sobre)explotación de la Luna y sus recursos.

Los astrónomos han advertido que una carrera ilimitada por explotar la luna podría causar daños irreparables a valiosos sitios científicos. Por ejemplo, cuentan que la investigación sobre ondas gravitacionales, las observaciones de agujeros negros, los estudios para localizar vida en pequeños mundos que orbitan estrellas distantes y otras investigaciones podrían estar en peligro.

Según explicó a The Guardian Martin Elvis, del Centro de Astrofísica de Harvard y Smithsonian:

La cuestión se ha vuelto urgente. Necesitamos actuar ahora porque las decisiones que se tomen hoy marcarán la pauta de nuestro comportamiento futuro en la Luna. El agua va a ser increíblemente importante para los humanos en la Luna, pero tenemos que asegurarnos de que se obtenga de lugares que no sean científicamente irremplazables.

La imagen en color de la superficie lunar tiene una saturación de color mejorada, los colores marrón rojizo y oxidado provienen de los minerales de hierro, y el azulado, de los minerales de óxido de titanio.
Foto: Dominio Público.

De hecho, este mismo mes de enero de 2024, un grupo de científicos de la International Astronomical Union, se reunirá con funcionarios de la ONU para iniciar negociaciones donde esperan que se llegue a un fortalecimiento de la legislación para proteger los recursos interplanetarios. Una de las claves: el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967 impide a las naciones hacer reclamaciones territoriales sobre cuerpos celestes, pero no dice nada sobre la minería espacial y la explotación de recursos, y eso hay que cambiarlo antes de que se comience a extraer los recursos de la Luna.

Sobre esto también habló a The Observer el astrónomo y profesor Richard Green, de la Universidad de Arizona:

No estamos intentando bloquear la construcción de bases lunares. Sin embargo, sólo hay un puñado de sitios prometedores allí y algunos de ellos son increíblemente valiosos desde el punto de vista científico. Necesitamos tener mucho, mucho cuidado donde construimos nuestras minas y bases. Se ha descubierto que algunos cráteres lunares profundos han estado envueltos en sombras desde que la Luna se formó hace miles de millones de años. La luz del sol nunca ha llegado a sus suelos, por lo que son increíblemente fríos: probablemente sólo unas pocas docenas de grados sobre el cero absoluto. Y eso los hace científicamente muy valiosos.

Libración.
Gif: Dominio Público.

No solo eso. Se cree que estos cráteres sin luz pueden contener agua en forma de hielo súper frío que no se evaporó como lo hizo en otras partes de la Luna durante su historia temprana. Aunque no deja de ser una conjetura, se piensa que estos mares de hielo sin sol podrían revelar información valiosa sobre la historia de la llegada del agua, quizás a través de los cometas, a la Luna y a la Tierra, donde desempeñó un papel clave en la aparición de la vida.

En este punto encontramos el reverso oscuro de las investigaciones, ya que, si científicamente pueden ser considerados de incalculable valor, estos cráteres llenos de hielo también lo serían a ojos de colonizadores lunares. Dicho de otra forma, se podrían convertir en objetivos irresistibles para empresas que establezcan posibles colonias.

Sea como fuere, la construcción de bases lunares y minas es todavía un objetivo lejano para los ingenieros espaciales. La prospección de recursos apenas comienza, aunque no cabe duda de que si todas las misiones respetan los tiempos marcados, en 2024 las noticias sobre la Luna serán algo cotidiano.

De ahí las “prisas” por marcar las líneas rojas: “el problema es que se necesita mucho tiempo para realizar cambios en los tratados de la ONU, por lo que tenemos que actuar ahora si queremos tener la esperanza de asegurarnos de que contamos con acuerdos internacionales para proteger las características científicas únicas de la luna y garantizar que no se destruyen mediante una explotación inconsciente”, zanjó Green.

Una respuesta a «Todas las misiones a la Luna de 2024 (y la advertencia de la NASA a la llegada en masa del hombre)»

  1. […] de la carrera por llevar el próximo rover (Lunar Terrain Vehicle o LTV por su nombre oficial) a la Luna. La NASA acaba de anunciar a los tres finalistas que competirán por hacer realidad sus diseños. […]

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