Un grupo de investigadores de la Universidad Carnegie Mellon (CMU) en Pensilvania llevó a cabo un innovador experimento con un robot alimentado por IA al que inicialmente entrenaron mediante el aprendizaje por imitación. Luego, lo “soltaron” en los pasillos de un campus universitario donde nunca había estado para ver cómo era capaz de interactuar solo en un espacio nuevo. La tecnología logró una tasa de éxito del 95% resolviendo los puzles de los objetos que se encontraba a su paso.

El robot en cuestión con ruedas fue capaz de abrir todo tipo de puertas y cajones mientras se desplazaba por el mundo real. Una adaptación sorprendente a los nuevos desafíos que, según los investigadores, allana el camino para máquinas capaces de interactuar de forma independiente con objetos físicos. Para Deepak Pathak, uno de los autores:

Lo que se deseas es que los robots funcionen de forma autónoma… sin depender de los humanos para que sigan dando ejemplos en el momento de las pruebas para cada nuevo tipo de escenario en el que nos encontremos.

Como decíamos, tras el entrenamiento previo del robot mediante el aprendizaje por imitación, donde le proporcionaron ejemplos visuales de cómo abrir objetos como puertas, armarios, cajones o incluso refrigeradores, el experimento consistía en soltarlo en el campus de la CMU para que intentara abrir puertas y gabinetes que nunca antes había encontrado. Esto requería que el robot se adaptara a cada nuevo objeto utilizando inteligencia artificial que lo recompensaba por resolver las cosas.

¿Qué ocurrió exactamente? En su trabajo recientemente publicado cuentan que, de media, pasaba entre 30 minutos y una hora “aprendiendo cómo abrir cada objeto de manera consistente”. El equipo incluyó 12 objetos de entrenamiento para practicar y luego ocho objetos adicionales como prueba de las capacidades del robot.

Para que nos hagamos una idea, aunque su tasa de éxito inicial fue de alrededor del 50 por ciento en promedio (incluso el robot a veces fallaba por completo en abrir un nuevo objeto cuando comenzaba), al terminar el experimento, su tasa de éxito aumentó a alrededor del 95 por ciento. En esencia, logró “aprender” a resolver caso todos los desafíos él solo.

Además, el robot no solo aprendió sobre la marcha, también tenía que poder manejar físicamente puertas pesadas. Un esfuerzo que, según reza en la investigación, “marca un paso concreto hacia sistemas de manipulación robótica más generales. Abrir puertas y cajones, una tarea aparentemente sencilla para los humanos, es en realidad sorprendentemente difícil para los robots“, zanjan.