Un nuevo estudio publicado en Nature vuelve a hacer aflorar esa idea de que quizá somos mucho más afortunados de lo que creemos. Nuestro sistema solar es extremadamente estable. Que sepamos, lleva repitiendo la misma danza estelar de manera estable durante al menos 4.500 millones de años. No todos los planetas tienen esa suerte.
El estudio ha sido elaborado por científicos de la Agencia Espacial Europea, y analiza los denominados sistemas co-natales, que son los sistemas binarios en los que coexisten dos estrellas gemelas en masa y composición. ¿Por qué estos sistemas y no otros? Pues porque permiten comparar la composición de ambos astros en busca de diferencias.
Lo que los investigadores buscaban es indicios de si una de las dos estrellas ha devorado alguna vez un planeta. Cuando una estrella devora un planeta, su composición presenta una mayor abundancia de ciertos elementos como níquel, hierro o titanio.
Pues bien, tras estudiar 91 de estos sistemas binarios, los investigadores han constatado indicios de ingestión planetaria en siete de ellos. Es una cifra mucho más alta de lo esperado. Extrapolando, eso significaría que una de cada 12 estrellas en el universo es una asesina de planetas, aunque queda por ver si este tipo de sucesos son solo propios de los sistemas binarios, probablemente más inestable, o puede hacerse extensivo a todas las estrellas.
En realidad tampoco se puede culpar a la estrella como si fuera una especie de Galactus del mundo real. Según los autores del estudio, las ingestiones de planetas ocurren cuando uno de los planetas de un sistema solar se sale de su órbita estable, normalmente debido al paso de otro objeto cuya gravedad altera el movimiento normal del planeta víctima. Nuestro Sol devoraría la Tierra sin dudarlo si nos saliéramos de nuestra órbita en su dirección. La suerte ha querido que nuestro Sistema Solar nunca ha recibido la visita de un objeto con tan malas intenciones.
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