Hace unos días, un estudio indicaba un nuevo contratiempo para los astronautas. Al parecer, la gravedad puede incurrir a largo plazo en una posible disfunción eréctil. Sin embargo, los estudios han demostrado que la peor parte de un paseo por el espacio se encuentra en los dedos de una mano.

Para ser más exactos, en las uñas, o en la pérdida de estas. En el año 2010, Dava Newman, director del programa de tecnología y políticas del MIT y de la Universidad Man Vehicle Lab, explicaba que había estudiado las lesiones relacionadas con el espacio, e incidía en que algunos astronautas informaron haber perdido las uñas durante las caminatas espaciales.

De hecho, el investigador confirmaba entonces que los traumatismos en las uñas y otras lesiones en las manos eran las mayores quejas tras realizar una actividad extravehicular (EVA), las famosas caminatas espaciales.

Tras las palabras de Newman, surgieron diversos estudios en torno a lesiones de astronautas, donde se revelaba que al menos 22 informaron de pérdida de uñas, un fenómeno denominado delaminación de las uñas u onicólisis que ocurre debido a la presión en las yemas de los dedos, aunque los investigadores también creían que el corte de circulación podría ser un factor. 

Foto: Pexels

En otro estudio encontraron una correlación significativa entre el ancho y la circunferencia de las articulaciones metacarpofalángicas de los astronautas (los nudillos en la parte superior del puño, donde se unen la palma y los dedos) y sus riesgo de lesiones. Un trabajo que sugirió que los guantes de traje espacial limitan la movilidad de estos nudillos, lo que ejerce más presión sobre los dedos, lo que resulta en una reducción del flujo sanguíneo, daño tisular y onicólisis.

El diseño de los guantes

¿Por qué? Al parecer, los guantes de astronauta están diseñados para simular la presión a partir de cuatro capas: la de confort que está en contacto directo con la piel, una capa de vejiga de presión que se infla y se endurece cuando se presuriza el guante, una de retención para contrarrestar la rigidez de la vejiga de presión y permitir el movimiento, y la exterior de prenda térmica de micrometeoritos (la que protege al astronauta del espacio, y que a su vez consta de varias micro capas).

Es decir, no estamos ante unos guantes ordinarios ni mucho menos, y los astronautas que realizan caminatas espaciales deben luchar constantemente contra el voluminoso guante presurizado para hacer su trabajo. Esa constante flexión aplicada al uso de herramientas con los guantes provoca rozaduras, ampollas y, aparentemente, pérdida de uñas. 

Foto: Dominio Público.

Según un artículo para la NASA de la epidemióloga Jacqueline Charvat, de Wyle Laboratories:

Las lesiones en las manos son comunes entre los astronautas que se entrenan para actividades extravehiculares (EVA). Cuando los guantes están presurizados, restringen el movimiento y crean puntos de presión durante las tareas, lo que a veces provoca dolor, fatiga muscular, abrasiones y, en ocasiones, lesiones más graves como onicólisis. Se han informado lesiones en guantes, tanto anecdóticas como registradas, durante el entrenamiento EVA. y volar persistentemente a través de la historia de la NASA independientemente de la misión o el modelo de guante.

Para que nos hagamos una idea, una caminata espacial puede llegar a durar más de 8 horas, tiempo en el que un cuerpo humano debe de soportar la presión de un traje espacial y el trabajo con los peculiares guantes. ¿Solución?

Lo cierto es que se trata de un problema que ya había detectado la NASA mucho antes, y como solución se ha sugerido el diseño de guantes mejorados y hechos a medida. De hecho, Newman lleva trabajando años en diseños, y un equipo dirigido por el ingeniero Christopher Reid, ex Lockheed Martin, ahora en Boeing, estudió las lesiones por onicólisis en astronautas. Su trabajo examinó 31 lesiones por onicólisis (27 durante ejercicios de entrenamiento, 4 durante EVA) que fueron reportadas por un grupo de astronautas.

Foto: NASA.

Encontraron que el diseño del guante desempeñaba un papel clave. Entre los dos tipos de guantes en su estudio, uno se asoció con 8,5 veces más riesgo de pérdida de uñas. Curiosamente, la mayoría de las lesiones ocurrieron en el dedo medio, y el tamaño de los guantes y la longitud del dedo medio también influyeron. Además, la lesión por onicólisis parecía más probable en mujeres que en hombres.

Por tanto, los trabajos de campo parecen llevar a la misma conclusión: el mal ajuste de los guantes parece estar íntimamente relacionado con los casos de pérdida de uña en caminatas espaciales, de ahí la necesidad de que los trajes espaciales personalicen los guantes de cada astronauta.

Una respuesta a «La peor parte de una caminata espacial se la llevan los dedos de la mano de los astronautas»

  1. Recuerdo haber visto un artículo hace muchos años en un blog que seguramente ya no existe, fotos de las manos de los astronautas luego de las EVA llenas de cicatrices y moretones a grado tal que aquellos con más EVA’s programadas antes de dejar la Tierra le pedían a los médicos que les quitaran las uñas porque perderlas en el espacio por culpa de los guantes es tremendamente doloroso…

Deja un comentario

historias destacadas

Descubre más desde LUDD

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo