Restaurantes “manejados” únicamente por robots es una idea que hemos visto muchas veces en la literatura y el cine de ciencia ficción, pero en muy poco tiempo, dejará de ser coto privado del género. Un restaurante en Pasadena (California) se ha adelantado al “futuro”.

Si hace unos días contábamos que en 2024 llegará la primera cadena de televisión de informativos a la carta con presentadores creados por IA generativa, ahora le llega el turno a la restauración. 

Tal y como explica la compañía, en el CaliExpres harás tu pedido en una pantalla y luego verás cómo los robots trabajan en la parrilla de hamburguesas o fríen cestas de patatas (incluso las agitan y las mueven mientras se sumergen en el aceite), todo ello sin que exista un solo humano en la ecuación. De hecho, aquí el jefe tiene un nombre: “flippy”, o lo que es lo mismo, los brazos robóticos sobre rieles que irán pasando de una zona a otra del local para preparar y servir la comida.

Como cuentan desde Miso Robotics, creadores del sistema, los sistemas operados por inteligencia artificial serán capaces de moler la carne wagyu recién hecha, luego observarán la parrilla mientras los brazos robóticos de Flippy colocan la espátula, asegurándose de que cada hamburguesa esté bien cocida y deslizándolas sobre los panecillos junto con la lechiga, tomate y las salsas que haya pedido el cliente. 

Según Miso Robotics:

Hasta donde sabemos, este es el primer restaurante en funcionamiento del mundo donde tanto los pedidos como cada proceso de cocción están completamente automatizados. La unión de estas diversas tecnologías para crear el restaurante más autónomo del mundo es la culminación de años de investigación, desarrollo e inversión en una familia de empresas revolucionarias.

Al tratarse de un primer local pionero de estas características, la compañía explica que el local de hamburguesas autónomo estará al lado de una hamburguesería con personal, por lo que todavía habrá trabajadores humanos alrededor ante posibles errores de Flippy.

Pura distopía, ya que estos trabajadores pueden ser perfectamente los primeros que vean in situ cómo su trabajo está cambiando irremediablemente, posiblemente, muy cerca de terminarse y que los locales de comida rápida sean administrados por un tripulación mucho más pequeña a un coste menor.