No falla. Si vas conduciendo por carretera a cierta velocidad y llevas a gente en los asientos traseros, si alguno abre una sola ventana, aunque sea unos centímetros, aparece ese molesto e indescriptible pitido que produce una sensación de presión en los oídos. Lo cierto es que también puede ocurrir con las ventanas delanteras y varía de un automóvil a otro, pero tiende a empeorar cuando se abre una de las traseras, ¿por qué demonios ocurre?

Hablamos de ese pitido a medio camino entre un sonido y un latido rítmico de presión. Un incesante tamborileo que, a la mayoría de nosotros, nos vuelve locos. Abrir más la ventana, o incluso aumentar o disminuir la velocidad , parece eliminar las pulsaciones, pero la pregunta sigue estando ahí: ¿por qué sucede esto?

El término técnico para dicho efecto se denomina resonancia de Helmholtz. En la década de 1850, un científico llamado Hermann von Helmholtz demostró que el tono del sonido depende del tamaño del recipiente de aire y de la abertura. Cuanto más grande es el contenedor de aire, más grave es el tono. Cuanto más pequeña es la apertura, más alto es el tono. Por ejemplo, si soplas una botella, obtienes un silbido de tono medio. En términos de un automóvil, dado que vendría a ser como un gran recipiente de aire, la interacción entre las dos masas de aire produce vórtices que comprimen y descomprimen dando como resultado ese ruido palpitante.

En cuanto a la intensidad, como decíamos, depende de la forma del automóvil y del tamaño de sus ventanas, así como de la velocidad a la que viajas. Los automóviles y camiones modernos están más sujetos a los golpes de aire porque son muy eficientes aerodinámicamente y están bien sellados contra la intrusión del viento. 

¿Y por qué es especialmente “palpable” cuando sólo está bajada la ventanilla trasera? Por los espejos laterales. Se trata de una de las últimas cosas desarrolladas en el diseño de un vehículo y están colocadas y moldeadas con precisión para dirigir el flujo de aire de una manera que minimice los golpes en las ventanas delanteras. Sin embargo, no es fácil hacer ajustes para el flujo de aire alrededor de las ventanas traseras. De hecho, los ingenieros recuerdan que es probable que estos pitidos empeoren a medida que los vehículos se vuelvan más aerodinámicos. 

Por cierto, en realidad, conducir más rápido no ayuda mucho a solucionar el problema. A medida que conduces más rápido, la velocidad a la que se producen los zumbidos aumenta y el volumen aumenta. Sí, con el tiempo, y si conduces mucho más rápido, superarás la resonancia y los zumbidos desaparecerán, pero eso no sirve de mucha ayuda si no quieres que te pongan una multa, en el mejor de los casos.

Deja un comentario

historias destacadas

Descubre más desde LUDD

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo