Ahora que se escuchan todo tipo de propuestas para combatir las sequías y las olas de calor cada vez más frecuentes durante el año entero, un estudio publicado por la Universidad de Surrey pone algo de cordura a la histeria por ideas extravagantes. En esencia, el trabajo demuestra con números que llevar la naturaleza a la misma ciudad es clave en la lucha contra el calor. De hecho, demostraron que los jardines botánicos pueden reducir la temperatura del aire del centro de la ciudad hasta en 5 °C.

Lo cierto es que los resultados del estudio vienen a confirmar lo que ya podíamos percibir cuando nos escapamos de una urbe marcada por el cemento en plena de ola de calor y nos refugiamos en zonas boscosas o verdes. Entonces notamos ese cambio de temperatura donde los árboles resultan clave para el descenso.

Tal y como cuentan en su trabajo, la creación de un jardín botánico puede hacer una gran diferencia ante la situación que se vive actualmente en el planeta: nada menos que un descenso de hasta 5 grados.

No solo eso. Los humedales y los jardines de lluvia no se quedan atrás en lo que respecta al enfriamiento, encontrando que pueden hacer descender el aire hasta los 4,7 y 4,5 °C respectivamente, y los árboles plantados a lo largo de las calles también redujeron la temperatura del aire en 3,8 °C, mientras que los parques de la ciudad lograron 3,2 °C.

Los posibles efectos de enfriamiento en 10 categorías seleccionadas en el estudio.
Imagen: Prashant Kumar et al

Según explica el profesor Prashant Kumar, director fundador del Centro Global para la Investigación del Aire Limpio de la Universidad de Surrey, además de profesor y catedrático:

Sabemos desde hace algún tiempo que los espacios verdes y el agua pueden enfriar las ciudades. Sin embargo, este estudio nos proporciona la imagen más completa hasta el momento. Es más, podemos explicar por qué: desde los árboles que dan sombra hasta la evaporación del agua que enfría el aire.

En el paper del trabajo se recuerda que una temperatura del aire de 40,3 °C batió récords en el Reino Unido el 19 de julio de 2022. Entonces se dieron 62.862 muertes relacionadas con el calor del verano en toda Europa, mientras que la ola de calor de 2003 provocó unas pérdidas económicas de miles de millones de euros debido a la sequía y las malas cosechas. 

El equipo, formado por 29 científicos del Reino Unido, Australia, Brasil, China, Hong Kong y Estados Unidos, también afirma que el IPCC (el grupo intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) considera que “los elementos verdes y azules de la infraestructura urbana son particularmente eficaces para reducir la temperatura del aire en las ciudades“.

Tabla que muestra los efectos refrescantes de varios espacios verdes y vías fluviales.
Gráfico: Universidad de Surrey

Al parecer, los investigadores tomaron un conjunto de más de 27.000 artículos de investigación y seleccionaron 202 para un metanálisis basado en una serie de categorías de infraestructura urbana verde, azul y gris, incluidos parques, proyectos de ingeniería ecológica, humedales, muros verdes, parques y jardines botánicos.

¿Qué encontraron? Que los árboles y las plantas ayudaban a rebajar el calor al reducir la cantidad de luz solar directa que llega al suelo, al tiempo que liberan humedad al aire. Los cuerpos de agua enfrían el entorno circundante a través de “la evapotranspiración, la sombra, el efecto albedo, la recarga de aguas subterráneas y la amortiguación de la temperatura” y también podrían servir como disipadores de calor, enfriando durante las horas del día y ofreciendo un potencial de calentamiento durante la noche. Según los autores:

Los techos y paredes verdes no sólo ayudan a aislar los edificios, sino que también reducen la absorción de calor, y la vegetación puede servir como cortavientos para la ventilación natural.

Por todo ello, la investigación concluye afirmando que “todos los tipos de infraestructura urbana verde, azul y gris proporcionan beneficios de refrigeración” y que “es necesario devolver la naturaleza a las ciudades en densificación y expansión y cualquier oportunidad para ampliar la cobertura vegetal en el suelo, las paredes y los techos debe ser tomada”.

Por último, también reconocen que no existe una solución sencilla que se adapte a cada lugar, y muchos dependen de una planificación eficaz: “antes de seleccionar intervenciones de infraestructura urbana verde, azul y gris adecuadas, es necesario evaluar el contexto local, las condiciones ambientales, recursos disponibles y el presupuesto para asegurar su eficacia a largo plazo y evitar posibles inconvenientes“, zanjan.

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