Hace unas semanas, la bióloga Stephanie Stack, de la Pacific Whale Foundation, recibe una llamada inesperada. Dos fotógrafos, Lyle Krannichfeld y Brandi Romano, le cuentan que durante un viaje en barco frente a Maui habían fotografiado a dos ballenas jorobadas. Sin embargo, aquellas instantáneas no eran ni remotamente normales. Sabían que tenían algo inusual, aunque ni siquiera se dieron cuenta del alcance de su descubrimiento. No sólo era la primera vez que se capturaba un encuentro sexual entre jorobadas, sino que lo que habían visto era una pareja de machos.

Sí, el estudio que se acaba de publicar en Marine Mammal Science relata un hecho histórico para la ciencia: por primera vez se inmortaliza en imágenes un encuentro físico entre dos ballenas jorobadas, y además del mismo sexo, ambas macho adultos.

Imagen: Lyle Krannichfeld and Brandi Romano

Tal y como cuentan en el trabajo, los especímenes son un par de jorobadas (Megaptera novaeangliae); uno de los dos machos procedía a tener conductas sexuales repetidas con su compañero. Los fotógrafos notaron por primera vez a las dos ballenas cuando se acercaron a su barco. Vieron que una de las ballenas no parecía tener buena salud. Estaba delgada, cubierta de piojos y tenía una lesión importante en la mandíbula inferior.

En cambio, la segunda ballena, que parecía en excelente condición física, se le extruyó el pene durante toda la interacción. Se acercó repetidamente a su compañero enfermo, sujetándolo con sus aletas pectorales y penetrando repetidamente la hendidura genital (la abertura del orificio en el que normalmente se esconde el pene) con su propio pene.

Imagen: Lyle Krannichfeld and Brandi Romano

Los fotógrafos apuntan que la primera ballena no se encontraba bien y que es posible que estuviera muriendo. Esto hace que el encuentro sea más curioso de explicar para los investigadores, con varias razones posibles para el comportamiento sexual de la segunda ballena, desde el vínculo social con un “amigo”, hasta una posible afirmación de su dominio sobre un macho más débil. De hecho, ambos cuentan que la ballena débil parecía ponerse en posición defensiva en algunos momentos, lo que los investigadores sugieren que podría significar que el comportamiento sexual no fue bienvenido, aunque la ballena enferma no era lo suficientemente fuerte como para luchar por ello.

Según cuenta Stack:

Aunque esta es la primera vez que se informa de esto en ballenas jorobadas, el comportamiento homosexual es común en el reino animal y está bien documentado en muchas especies de cetáceos. La primera cópula documentada entre ballenas jorobadas añade valiosos detalles y conocimientos a nuestra comprensión de estas magníficas criaturas, ofreciendo nuevos conocimientos sobre el comportamiento reproductivo de esta especie.

A pesar de haber sido bien estudiado durante décadas, el comportamiento sexual de las ballenas jorobadas ha seguido siendo mayoritariamente un misterio hasta ahora. Este descubrimiento desafía nuestras nociones preconcebidas sobre el comportamiento de las ballenas jorobadas. Si bien hemos reconocido desde hace mucho tiempo las complejas estructuras sociales de estas increíbles criaturas, presenciar la cópula de dos ballenas macho por primera vez es un evento único y notable.

Imagen: Lyle Krannichfeld and Brandi Romano

De las imágenes que nos acompañan, surge una pregunta por encima del resto: ¿se trataba de una casualidad o estos encuentros son tan comunes (o incluso más) como lo son entre machos y hembras? 

Se sabía que las jorobadas se alimentan en aguas polares durante el verano del hemisferio correspondiente y luego migran para pasar el invierno en los trópicos, donde dan a luz y crían a sus crías. Si, como se espera, la mayor parte del sexo también ocurre en aguas más cálidas, debería mejorar nuestras posibilidades de atrapar ballenas en el acto. 

Imagen: Lyle Krannichfeld and Brandi Romano

Sin embargo, hasta ahora al menos, incluso los informes de extrusión del pene, cuando los cetáceos sacrifican la hidrodinámica para la preparación para el apareamiento, son extremadamente raros en las ballenas jorobadas. Curiosamente, los pocos casos de extrusión de pene presenciados incluyen cinco informes de jorobadas apuntando con sus penes a otros machos. Ocurre que cuatro de estos involucraban a machos compitiendo por el acceso a una hembra fértil, por lo que es posible o factible que fuera una competencia literal de agitar el pene en la que una ballena intentaba afirmar su prioridad. Según los autores del estudio:

En los cetáceos macho, la actividad homosexual puede implicar la inserción del pene de un macho en la hendidura genital. El propósito del comportamiento no reproductivo es variado; Las funciones propuestas incluyen aprender o practicar conductas reproductivas, establecer o reforzar relaciones de dominancia, formar alianzas sociales y/o reducir la tensión social.

Imagen: Lyle Krannichfeld and Brandi Romano

La ciencia también sugiere que aunque las ballenas jorobadas se reproducen, la cópula no es exclusivamente un acto reproductivo. Los cetáceos en particular pueden participar en actividades sexuales para practicar sus movimientos, mejorar los vínculos sociales, imponer o reforzar la dominancia, reducir las oportunidades reproductivas de otros individuos o aliviar las tensiones sociales.

De hecho, muchas veces la actividad sexual ocurre entre grupos del mismo sexo. Esto se ha documentado anteriormente en delfines, ballenas grises y orcas que participan de “actividades” en grupos del mismo sexo. Tras el estudio, parece claro que debemos incluir en estas “fiestas” tan particulares a las ballenas jorobadas.

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