En el año 1931, un grupo de investigadores encontró uno de esos hallazgos que se dan pocas veces en la vida. En los Alpes italianos dieron con una sorprendente roca que parecía contener una figura oscura. Un examen posterior parecía arrojar luz: se trataba de un increíble fósil nunca antes visto, un fósil antiguo del Pérmico temprano, una muestra del Tridentinosaurus antiquus, de antes de los dinosaurios. Nunca, ni ahora ni antes, se ha encontrado algo similar, y ahora sabemos por qué.
Una de las cosas más sorprendentes de aquel descubrimiento era su conservación excepcional: una huella del cuerpo del animal delineada en tejido blando preservado. Es más, los científicos habían ideado teorías sobre cómo se conservaban estos tejidos blandos del Tridentinosaurus, pero nadie había estudiado la piel en detalle. Por eso los investigadores decidieron mirar más de cerca.
Sin embargo, 93 años después de aquel insólito hallazgo, el fósil ha resultado ser una de las mayores desilusiones para la ciencia. Un nuevo y minucioso análisis de un equipo dirigido por la paleobióloga Valentina Rossi del University College Cork, ha descubierto que no es tejido blando en absoluto. Es simplemente pintura. Según la investigadora:
A primera vista debo decir que pensé que el fósil parecía un poco… peculiar. Otros colegas míos me dijeron que tuvieron la misma reacción. Pero los fósiles siempre son un poco raros, así que continué mi investigación y después de analizar micromuestras de lo que parecía el contorno del cuerpo (es decir, la piel) me di cuenta de que nada tenía sentido. Los análisis moleculares finalizaron con los resultados de que lo que teníamos no era tejido blando carbonizado, sino pintura negra.
Lo cierto es que durante mucho tiempo se pensó que era un fósil que podría proporcionar información sobre la evolución de los primeros reptiles. Cuentan en el nuevo estudio que las imágenes ultravioleta del espécimen indicaron que estaba recubierto con una laca o barniz, aunque se albergaba la esperanza de que debajo se encontraran restos del tejido blando del animal. Para Rossi:
Creo que puedo decir honestamente que todos estábamos un poco conmocionados y tristes, pero nos dimos cuenta de que esto es un vistazo a la historia de la paleontología. Hoy podemos contar con técnicas poderosas que nos permiten observar los fósiles. a nivel molecular, y esto no era posible ni siquiera hace 10 años
No hubo suerte, ya que solo había pintura. Aunque se desconoce la autoría, el equipo cree que los “artistas” del fósil lo hicieron para que el espécimen pareciera más impresionante.
Con todo, dentro de la desilusión, no podemos considerar al fósil que ha resultado ser una pintura, un fraude total. Al parecer, descubrieron que las extremidades traseras del animal (los fémures) parecen legítimas, aunque no están bien conservadas. Y el equipo encontró lo que parecen ser osteodermos, piel ósea que forma escamas, en la espalda del animal. Según los autores:
Los tejidos blandos fósiles son raros, pero cuando se encuentran en un fósil pueden revelar información biológica importante, por ejemplo, la coloración externa, la anatomía interna y la fisiología. La respuesta a todas nuestras preguntas estaba frente a nosotros, teníamos que estudiar este espécimen fósil en detalle para revelar sus secretos, incluso aquellos que tal vez no queríamos saber.
Esto significa que el equipo puede trabajar para comprender el Tridentinosaurus real, incluso comparándolo con otros fósiles que anteriormente podrían haber sido descartados por ser demasiado diferentes para representar la misma especie o género. Además, pueden volver a visitar el sitio donde se encontró el fósil, en busca de nuevos especímenes, quizás en mejor estado de conservación.
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