A menudo pensamos que el éxito está ligado al esfuerzo y la constancia, a las altas expectativas y, quizás también, a unas dosis de fortuna, pero muy pocas veces tomamos el concepto por el camino que ha explicado el fundador y director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang. El hombre tuvo una charla con las “élites” de Estados Unidos en la Escuela de Graduados en Negocios de Stanford. Para comenzar, una frase demoledora: “una de mis grandes ventajas es que tengo expectativas muy bajas”.
Huang, obviamente multimillonario, quiso empezar así un coloquio donde ofreció algunas claves de su éxito y lo que deberían esperar los allí presentes, por mucho que se encuentren en la universidad que ocupa el tercer lugar entre las mejores de Estados Unidos.
Una idea de fondo: rebajen las expectativas:
Las personas con expectativas muy altas tienen muy poca resiliencia y, desafortunadamente, la resiliencia es importante para el éxito. Una de mis grandes ventajas es que tengo expectativas muy bajas.
Lo cierto es que tratándose de estudiantes de universidades elitistas en el concepto más amplio de la palabra, parecería normal que los jóvenes tuvieran el listón por las nubes sobre su futuro profesional. Tampoco nos podemos engañar sobre quienes forman la mayor parte del alumnado. Por situarnos en perspectiva, los estudiantes, o la gran mayoría que entra sin ayudas, pagan 62.484 dólares en matrícula por la prima, en comparación con el coste promedio de $26.027 por año.
Lo cierto es que, para aquellos que tienen la suerte de no haber experimentado personalmente dificultades mientras crecían, Huang no tiene ningún consejo sobre cómo darles la bienvenida a más dificultades en sus vidas en estos momentos. En cambio, sí dio algunos consejos sobre cómo afrontar los tiempos difíciles que se avecinan:
No sé cómo hacerlo [pero] a todos ustedes, estudiantes de Stanford, les deseo amplias dosis de dolor y sufrimiento. La grandeza proviene del carácter y el carácter no se forma a partir de personas inteligentes, sino de personas que sufrieron. Hasta el día de hoy utilizo la frase ‘dolor y sufrimiento’ dentro de nuestra empresa con gran alegría. Lo digo de una manera feliz porque quieres refinar el carácter de tu empresa.
Por cierto, el consejo del ejecutivo para esas élites de la próxima generación de Estados Unidos proviene de su propia experiencia. La vida de Huang ahora es muy diferente de la que tuvo en su infancia, una que él mismo define como “repleta de adversidades”.
Y es que el hombre que hoy cuenta con un patrimonio neto de 80 mil millones de dólares, nació en Taiwán en 1963 y pasó la mayor parte de sus primeros años de vida en Tailandia, antes de mudarse a Estados Unidos a los 9 años. Huang sufrió bullying mientras sus padres luchaban por conseguir el ansiado “sueño americano” con apenas nada.
Precisamente esos orígenes humildes son, a su entender, los que le hicieron llegar a donde está, atribuyendo su éxito y ética de trabajo desde los inicios con su primer trabajo en un restaurante donde fue el “mejor lavavajillas” antes de ascender a ayudante de camarero y dar también lo “mejor”.