Un pequeño gran avance, sobre todo por lo que supone de cara al futuro. Un equipo de investigadores de la Universidad Rice en Texas logró “lo imposible” hasta ahora: convirtieron madera reciclada en tinta para impresión 3D. El invento supone abrir las puertas de la tecnología de impresión a una forma más sostenible para fabricar todo tipo de objetos, desde muebles hasta, en un futuro, la construcción de casas.

El equipo partió de un hecho conocido: durante el proceso de construcción con madera se producen una gran cantidad de restos que muchas veces se acaban desperdiciando. Por ejemplo, en la construcción de una vivienda unifamiliar se puede producir de media más de 2.000 kilos de residuos de madera.
De ahí surgió la pregunta: ¿y si tomamos la madera que termina en un vertedero y la convertimos en tinta para impresoras 3D?

Tal y como cuentan en su trabajo recientemente publicado en Science:
La madera natural ha servido como material fundamental para edificios, muebles y estructuras arquitectónicas durante milenios, generalmente moldeada mediante técnicas de fabricación sustractivas. Sin embargo, este proceso a menudo genera importantes desechos de madera, lo que genera ineficiencia material y mayores costos de producción. Surge una oportunidad potencial si se pueden crear estructuras de madera complejas mediante procesos aditivos. Aquí, demostramos una tinta a base de agua sin aditivos hecha de lignina y celulosa, los componentes principales de la madera natural, que se puede utilizar para imprimir tridimensionalmente (3D) estructuras de madera diseñadas arquitectónicamente mediante escritura directa con tinta.

Como explican en su estudio, la madera impresa en 3D conserva muchas de las características de la madera natural, incluido el olor. Durante el proceso, también es posible incorporar texturas para brindar una sensación más realista. Según los autores:
De hecho, podemos imitar todas las propiedades visuales, texturales y olfativas de la madera natural. El producto era casi seis veces más duradero que la madera de balsa natural en las pruebas de compresión y hasta tres veces más flexible en las pruebas de flexión.
En cualquier caso, y aunque el trabajo que los investigadores han realizado hasta ahora es muy prometedor, existen algunas trabas a solucionar.
Por ejemplo, hasta ahora solo se han impreso objetos pequeños usando la técnica. Dicho de otra forma, aunque la idea es que el desarrollo y mejora de la técnica consiga en su fase final construir casas o imprimir en 3D muebles de madera sobrantes, no parece que vaya a ocurrir en el corto plazo.

Además, el equipo también reconoce que “aunque todos los materiales utilizados en el trabajo provienen de recursos sostenibles, utilizamos procesos que consumen mucha energía…“, por lo que habría que mejorar para que esta técnica sea verdaderamente ecológica.
Sea como fuere, hablamos de algo que hasta hace poco parecía cosa de la ciencia ficción. “Necesitamos repensar cómo podemos construir estructuras sin talar árboles. Si podemos reciclar los residuos de madera mediante la impresión 3D en lugar de la fabricación convencional, sería un buen paso adelante“, zanjan los autores.