Es posible que te hayas levantado por la mañana y te haya llegado por redes un vídeo ciertamente alucinante. Son apenas 8 segundos de filmados posiblemente desde una motocicleta atravesando el tráfico de una autopista en Florida. Pero lo verdaderamente reseñable es el cielo: el atardecer está dividido en dos partes claramente diferenciadas.
Muchos se preguntan cuál es el truco que se ha empleado para hacernos creer que realmente hay un cielo que se corta a la mitad para mostrarnos dos cielos en uno, quizás algún filtro nuevo, o incluso el uso de alguna IA generativa bien empleada.
La razón es mucho más sencilla que eso, ya que lo que estamos viendo es completamente cierto y es producto de un fenómeno que ocurre en ocasiones, un efecto óptico que, cuando se produce, muestra un lado con colores saturados de tonos rojizos y amarillos, y por el otro un cielo más oscuro y monótono.
Dicho fenómeno responde al nombre de puesta de sol dividida, y se produce por la sombra de una gran nube debajo del horizonte que impide que la luz del sol golpee las nubes que estaban más cerca de las personas que observan el fenómeno en el suelo.
Como explica NOAA, todo esto se entiende mejor por las puestas de sol y los amaneceres, ambos acontecimientos producen colores espectaculares porque, con el sol bajo en el horizonte, la luz tiene que viajar más lejos a través de la atmósfera de la Tierra (en comparación con otras horas del día) antes de que la veamos. Debido a este largo viaje, una mayor cantidad de luz azul en el espectro electromagnético se dispersa, por lo que la luz que llega a nuestros ojos aparece rojiza.
No solo eso. Si la luz del sol poniente tiene que viajar a través de partículas en el aire, como ceniza volcánica o contaminación, la luz azul se dispersa aún más y los tonos rojos se vuelven más vivos.
En el caso del fenómeno que vemos, la Asociación de Investigación Espacial explica que una nube grande se encuentra entre el sol y las nubes más cercanas al suelo, por lo que la nube grande proyecta una sombra que bloquea la luz solar directa y evita que golpee las otras nubes, creando lo que parece una barrera vertical que divide dos cielos diferentes.